Los bares de vinos tendencia en Madrid

Que el vino está de moda ya no es ninguna novedad. Pero lo que sí está cambiando —y para bien— es dónde se toma. Atrás quedaron esos sitios con manteles de cuadros y carta de vinos que parecía sacada de un libro de texto. Ahora, en Madrid, los bares de vinos están viviendo su mejor momento: son modernos, con rollazo, y pensados para disfrutar sin tener que ser un experto en enología.

Yo soy de esos que siempre ha preferido una copa de vino antes que un gin tonic. Y no por postureo, sino porque el vino, cuando se hace bien, tiene algo especial. Te relaja, acompaña, te mete en conversación. Y ahora que han abierto un montón de sitios nuevos donde el vino es protagonista pero sin ponerse pesado, salir de vinos por Madrid se ha convertido en planazo fijo.

1. Cuenco

Empezamos fuerte. Cuenco está en el barrio de Las Letras y es uno de esos bares donde entras para tomarte una copa y acabas quedándote horas. El sitio es pequeño, acogedor, con una estética entre rústica y moderna. Tienen una selección de vinos naturales que va cambiando según la temporada, y lo mejor: te los explican sin rodeos, sin tecnicismos, como si fuera tu colega el que te está recomendando.

Además, tienen tapas sencillas pero bien hechas: una burrata con pesto, pan con sobrasada casera, y alguna que otra sorpresa del día. Ideal para empezar una ruta de vinos o para quedarte toda la noche.

2. Bendito

Bendito está en Malasaña, lo cual ya te da una idea del tipo de público: gente joven, con ganas de probar cosas nuevas y de pasarla bien. Aquí el vino no se toma con cara seria. Tienen referencias nacionales, muchas biodinámicas, y si no tienes ni idea de cuál pedir, el equipo te ayuda sin juzgar.

Una cosa muy guay: puedes pedir vino por copas o llevarte la botella a casa. Y los jueves hacen pequeñas catas con maridaje, sin necesidad de reservar con un mes de antelación.

3. Angelita

Vale, Angelita ya es más conocido, pero sigue siendo top. Está en la Gran Vía pero es como un secreto bien guardado. Tienen una carta de vinos enorme, con botellas que no encuentras en supermercados ni de coña, y el ambiente es más tranquilo, más de conversación larga.

No es el típico bar para ir a ligar o gritar, sino para disfrutar. Y ojo a su cocina: las croquetas de cocido son de otro planeta.

4. La Fisna

En Lavapiés, La Fisna lleva años haciendo las cosas bien. Pero ahora que los bares de vinos están más de moda que nunca, han cogido fuerza. Aquí se toma vino en barra, en mesa o en plan tienda si lo quieres llevar. Tienen etiquetas pequeñas, bodegas locales, vinos naturales, y una carta con quesos, embutidos y alguna conserva de esas que hacen que el vino entre aún mejor.

Si te mola descubrir cosas nuevas, este sitio es para ti. Siempre hay algo fuera de carta y los camareros están deseando contarte qué hay detrás de cada botella.

5. De Vinos

En Conde Duque, De Vinos es un bar pequeño pero con alma gigante. Tiene esa vibra de sitio de barrio con encanto, donde cada vino tiene su historia y cada persona que entra es tratada como habitual. No tiene pretensiones y justo por eso mola tanto.

El vermut casero también es un puntazo, por si quieres empezar suave. Y tienen vinos ecológicos, naturales y clásicos bien seleccionados.


Salir de vinos ya no es solo para padres o para entendidos. En Madrid, los bares de vinos se han vuelto tendencia entre jóvenes que quieren beber algo bueno, descubrir nuevas referencias y, sobre todo, disfrutar.

Y no hace falta saber si es un tempranillo o un garnacha: basta con tener ganas de probar y dejarse llevar. Porque en esta nueva ola de bares, lo importante no es impresionar, es pasarlo bien copa en mano.