España es ese país donde puedes desayunar churros, comer paella, merendar jamón y cenar a las once como si fuera lo más normal del mundo. Pero si algo nos define más que la siesta, es el arte de recibir turistas como si fueran de la familia… aunque vengan con calcetines y sandalias.
Aquí te dejo un recorrido exprés por las ciudades más turísticas del país, esas que siempre están llenas de maletas con ruedas, guías gritando con banderitas y gente preguntando si pueden pagar la tortilla con tarjeta.
1. Madrid – Donde hay más museos que bares (pero solo por poco)
La capital. La cuna del tráfico, las cañas a 1,50€ y las conversaciones a gritos. Madrid es tan turística que hay momentos en los que dudas si estás en España o en un capítulo subtitulado de “Emily en Lavapiés”.
Aquí puedes ver arte de verdad (Prado, Reina Sofía, Thyssen…), comer bocata de calamares en una plaza donde hay más palomas que mesas, y acabar bailando en una azotea con vistas a media ciudad.
Eso sí, ten cuidado con las estaciones de metro: hay más niveles que en un videojuego de plataformas.
2. Barcelona – Dónde Gaudí y el sangría-tour nunca duermen
Vale, sí, no íbamos a decir nombres… pero tú ya sabes de qué ciudad hablamos cuando ves a alguien intentando pronunciar “Sagrada Familia” con acento de Wisconsin.
Aquí hay playa, hay montaña, hay edificios que parecen diseñados en un mal viaje de LSD, y hay turistas haciendo cola para absolutamente TODO. Hasta para comprar una botella de agua.
Y aunque el pan con tomate se cobre a precio de oro en algunos sitios, hay que admitirlo: la ciudad lo peta. Y si no te gusta, será porque no has probado una buena fideuà. O porque no has salido una noche decente (que también puede ser).
3. Sevilla – Sol, flamenco y 47 grados a la sombra
Sevilla no es una ciudad: es un horno con catedral. Pero qué horno. Tiene ese encanto andaluz que hace que todo suene bien, incluso cuando te están regañando.
Aquí los turistas vienen en masa buscando la Giralda, las tapas, y la experiencia de ver a alguien tocar palmas y que suene como una orquesta. Hay tanta vida en las calles que a veces te olvidas que estás sudando como en una sauna portátil.
Y si vas en primavera, prepárate: entre la Semana Santa y la Feria, Sevilla parece el decorado de una serie de Netflix sobre alegría y rebujito.
4. Granada – Donde comes por 2€ y ves palacios con fantasmas moros
Granada es lo más parecido a un cheat code turístico. Tiene la Alhambra, tapas gratis con cada bebida, y unas vistas de postal desde cualquier rincón con cuestas.
La mezcla de culturas se nota en el aire, y los turistas salen de aquí diciendo “ole” con acento francés. Cuidado con los músicos callejeros: algunos tocan tan bien que les acabas dando tu herencia.